Mientras dormía, alguien me ha robado la playa, porque me asomo a la ventana y ya no veo esa alfombra azul y verde que es el Mediterráneo, sino las Torres Kio a lo lejos, edificios, coches y gente con prisas. Menos mal que ya han empezado las clases de Pilates, digoooooo... ¿alguien tiene unos alicates?
Y para recuperarme del SPV -síndrome "¡porfaplis, verano, vuelveeee! ¡Si vuelves te prometo que seré buena y haré los deberes!", he decidido compartir con vosotros algunas de las perlas que hemos soltado por nuestra boquita durante ese mes de relax, paz interior y vagueo generalizado. Por cierto, nadie me ha censurado ninguna frase, ¿eh? Quiero decir, nadie de mi familia ha pronunciado una frase altamente inquietante y me ha amenazado de muerte para que no la publique. En absoluto. En mi casa eso no pasa (me lo han pedido por favor).
¡Allá vamos!
-¿La nevera está entre 1 y 8 grados?, pregunta mi hermana analizando el envase de un Actimel. -¿Erm? Sí... -¡Bien! ¡Entonces sí que puedo vivir en una nevera!
Miradla, 22 añitos y ya ha encontrado la solución perfecta a la crisis inmobiliaria.
-Este vino no me acaba de gustar, ¿pero sabes por qué?, pregunta mi hermana con soberbia. -¿Por qué? -Porque tengo un paladar exquisito y este es demasiado barato.
Os presento a Cristina Lomana de Irujo.
-Laura es una enciclopedia de las calorías. Mi madre, que me dice unas cosas más bonitas... Total, yo lo único que había dicho es que "tres heladitos de esos sin azúcares añadidos tienen siete calorías y media menos que uno de los normales".
-¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?, pregunta mi padre. Caras de no entender a qué se refiere, aunque mi hermana enseguida apostilla: ¡La gallina! -Entonces, ¿estamos contentos porque hemos bebido vino o hemos bebido vino porque estamos contentos?
El hombre iba para filósofo pero se quedó en abogado. Luego se tiraron los siguientes cinco minutos discutiendo lo del huevo y la gallina...
-¿Tú te consideras gourmet?, le pregunto a mi hermana Cristina Lomana de Irujo. -¿Qué es eso? -¿No decías que tenías un paladar exquisito? -Pero sólo con el vino y la cerveza.
Ahí, ahí, centrada en las cosas importantes de la vida.
-Me vas a decir que no, pero yo te lo voy a pedir igual..., me ruega persona-con-la-que-vivo. -Ay... que están mis padres delante... -¡Córtame la uña de la mano derecha! (Y me enseña su uña toda destrozada de intentar sin éxito dicho cometido)
Eso es lo que yo llamo estar a años luz de lo que viene siendo una actitud medianamente romántica.
-Mami, no quiero que te pongas triste cuando me vaya ni que llores en la estación, ¿eh?, digo poniendo ojitos dulces. -No me voy a poner triste... -¡Pues yo sí que me pondría triste si hubiera estado un mes entero conmigo y luego me fuera!
Si nadie me lo dice, me lo tengo que decir.
-¿Por qué hay un chico sentado en el escenario?, pregunto mirando por la ventana. -Es un chico que está ahí, pues ahí está sentado el chico.
Mi madre. Más claro, agua.
-¡Domina tú al hilo! ¡No dejes que el hilo te domine a ti!
Mi madre: también conocida como Bruce Lee, enseñando a tejer a mi hermana.
-Pero a ver... ¿yo qué fichas soy?
Mi madre: lo pregunta una media de doce veces por partida de parchís. El cubilete verde con el que tira el dado parece no ser esclarecedor del todo.
-Me parece que esta noche hay disco-móvil y no nos van a dejar dormir... -No te congestiones. -Sugestiones, mamá... -¡Eso, sugestiones! Laura, esta no la apuntes.
-Vale.
Mi madre: la gramática española es tan confusa...
-Pues hoy que está nublado y no apetece ir a la playa, podríamos pasarnos por el ambulatorio.
Mi madre: sus momentos de ocio son bastante inquietantes.
-Balcón en inglés se dice "balcony", terraza "terrace", chimenea "chimney"..., apunta mi hermana, repasando sus clases de inglés. -¿Y moco cómo era?
Mi madre: sus incompresibles inquietudes...
-¿Qué es el Papa exactamente?
Mi hermana, totalmente estupefacta ante las imágenes de la JMJ.
-Este mes me he leído ocho libros. -¿¿¿Quéééé???? ¡¡¡Walaaaaaaa!!! ¡Es increíble!
Mi hermana: fácilmente impresionable.
-Laura, ¿sabes qué? Como tu padre no tenía calzoncillos limpios, se ha puesto unas bragas mías para ir al supermercado, ji, ji, me suelta mi madre en cuanto entro en casa.
Acojonada, miro a mi padre, que asiente divertido. Miro a mi madre. Miro otra vez a mi padre. Los dos parecen tan tranquilos. ¡Estoy segura de que por menos que esto, podría llamar a los servicios sociales! Los traumas infantiles a mi edad pueden ser muy peligrosos...
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