(Tercer) Diario de una joven maniática

miércoles, 21 de julio de 2010
78. Te acariciaba el viento de poniente, te llevó a la arena bañada en salitre...
¿Puede un ebanista ser alérgico a la madera?
¿Puede un panadero ser alérgico a la harina?
¿Puede un peluquero ser alérgico a las revistas del corazón?

No, no, y no.

Entonces... ¿¿¿cómo puedo ser yo alérgica a uno de los mayores placeres de la vida???? ¿Chocolate? ¡No, mejor todavía, porque encima no engorda! ¡Todo lo contrario! ¡Te hace sentir mejor!

¡El sooool!
Ohhhhhhh, querido hermano soooool, estático señor, bombilla amarilla de caloooooooooor...

LO QUE ME HA PASADO NO TIENE NOMBRE. Bueno, sí lo tiene: urticaria.
Estoy que no doy crédito. Anonadada. Boquiabierta. Estupefecta. Incrédula. Al borde del ataque.

Pero mejor os resumo brevemente la situación:

En estos momentos, estoy en una casita en primera línea de playa de un pueblecito de Valencia que mis padres han alquilado para mi mes de vacaciones (han alquilado la casita, no el pueblo, son generosos pero no tanto)

Para ir a la playa tengo que salir de casa y ya me estampo contra la arena. El paraíso de cualquier adicta al sol (¿pero tú no eras adicta al choco? También, lo tengo en la nevera). Nota de la autora: creo que empiezo a delirar por los medicamentos, pero no adelantemos...

Llevo aquí menos de una semana, pero mi felicidad ya era absoluta: chocolate en la nevera, sol en la playa. Lo demás, es accesorio.

El caso es que ayer unas manchas/granitos aparecieron en mis brazos.
-Será por el agua, será por las algas, será por la sal... decíamos todos.
-Podrías acercarte a los socorristas y que te las vieran, decía mi madre, refiriéndose a las manchas, se entiende.
-Ni de coña, decía yo.

Así que yo seguía tostándome al sol como he hecho cada verano desde que tenía un mes de vida.

Cuando he vuelto hoy de la playa, los granos ya formaban una mancha roja del tamaño de Oceanía en mis brazos y empezaban a extenderse por cuello y pecho. Estaba yo lo que se dice "bonica".

Entonces, persona-con-la-que-vivo que ahora es persona-que-también-vive-en-esta-casita-playera-este-mes, se ha chivado de forma malvada y traicionera a mi padre, que estaba haciendo una barbacoa.
-¡Mira cómo tiene los brazos tu hija!
En cuanto mi padre ha pronunciado la expresión "coge tu tarjeta sanitaria", sabía que nada iba a librarme de conocer al médico del pueblo.

El médico, o mejor dicho, la médica del pueblo, pasa consulta en un barracón de plástico que parece el cuarto de guardar las herramientas del presentador de Bricomanía.

-¡Me da miedo que me pinchen!, decía yo.
-¡No te van a pinchar, te van a dar una cremita!, decía mi padre.
-¡¡¡Te vamos a pinchar y te va a doler!!!, ha dicho la médica del pueblo en cuanto me ha visto.


Vamos a ver: que no te engañe mi cuerpo de mujer. En lo referente a los médicos, ¡soy una niña pequeña y llorica! No me puedes decir esooooo...

-Prefiero que lo sepas y te vayas mentalizando, ha añadido ante mi cara de estupor.

Entonces he pasado a la enfermería, porque cuando le he preguntado a mi padre si podíamos huir ahora mismo a casa, ha ignorado mi súplica. ¿Qué pasa? ¿Que ha ganado el título de abogado pero ha perdido el corazón?

-Tú sal de tu cuerpo cuando te estén pinchando, como si no fuera contigo... ¿? Yo no sé si este hombre se ha apuntado a taichi o lo han captado en alguna secta...

-¿Dónde quieres que te pinche?, ha dicho la enfermera, devolviéndome a la realidad.
-En el aire.
-Tienes que elegir uno de los dos sitios.

Después de meditarlo, he deducido que con "uno de los dos sitios" se refería a uno de los cachetes del culo. Yo me he tumbado boca abajo, he empezado a hiperventilar y he pensado: pínchame donde te salga de la punta del cebollino...

Al verme salir feliz y aliviada, mi padre se ha relajado pensando que lo peor había pasado, pero no sabía que aún le quedaba una dura prueba: los mareos post-pinchazos en plena calle.

Si alguien ha visto hoy a una chica tumbada en un bloque de cemento en plena calle y a pleno sol, sí, ¡era yo! No he podido recorrer los cien metros que separan la casa del "ambulatorio" sin tumbarme...

Según mi padre, simplemente es mi manera de "montar el show", o "chou", que diría él porque tengo carencias afectivas de la infancia... ¡Ja!

El caso: que me han prohibido salir de casa en unos días. No puede darme nada de sol por ahora. Oigo el ruido de las olas en estos momentos y no puedo darme un chapuzón.

Pero podría ser peor... podría esto no ser un caso aislado y resultar que he desarrollado una repentina alergia al sol... pero no, eso no puede pasar... ¿¿¿verdaaaaaaaaaaaad???

Seguiremos informando...

Besos desde la playa, con la que estoy muy enfadada ahora mismo.

posted by LauraConChocolate @ 17:57   18 comments
sábado, 10 de julio de 2010
77. Por ser así como tú eres...
Antes del viernes, tenía un padre estudiante...

Ahora tengo un padre abogado.

¡Yupiiiii!
Aunque en realidad ya ganó su primer caso antes de licenciarse: LauraConChocolate y persona-con-la-que-vivo contra la empresa del agua. ¡Que pretendían cobrarnos facturas de 80 euros! Sin gastar nosotros nada de eso...

En fin, el caso es que, como la ocasión lo merecía, decidimos hacerle una FIESTA SORPRESA, que se componía de tres partes fundamentales.

a. Aparición sorpresa en Valencia.
b. Paella sorpresa en El Palmar.
c.
Un súper vídeo sorpresa muy guay.

Vayamos por partes...

a.Aparición sorpresa en Valencia.


El plan era sencillo: yo le haría creer que el día D estaría cenando fuera con unos amigos, por lo que no podría llamarle por teléfono. Mi hermana le haría creer que esa noche salía de marcha -como cualquier otra noche- Y mi madre... mi madre le haría compañía.

El viernes me fui a trabajar sin saber que ese día saldrían las notas. Y cuando mi padre me llamó por teléfono y me dijo: ¿Necesitas un abogado?, todos nos pusimos manos a la obra -y a la maleta, claro- para planearlo todo en tiempo récord.

Persona-con-la-que-vivo y yo llegamos a Valencia y Cris vino a buscarnos. Cuando estábamos llegando a casa, ella llamó por teléfono y preguntó si podían entrar dos amigos a conocer a la perra. Podíamos haber entrado sin más, pero era la única manera de asegurar que no les pillaríamos en mal momento, ya me entendéis... Y NI AUN ASÍ.

Entramos en casa (RECORDEMOS OTRA VEZ: haciéndonos pasar por dos amigos de mi hermana) y lo que vi fue a mis padres en la cama (afortunadamente vestidos) diciendo: ¡pasad, pasad! (¿A dónde?, ¿a casa, a la cama...?)

Vamos a ver: si mi padre pensaba que los que estaban entrando eran dos amigos de mi hermana -porque lo pensaba, creedme...-, ¿¿¿cómo nos recibe desde la cama??? Ahí lo dejo.

Eso sí: la cara que puso cuando vio que éramos nosotros fue impagable.

b. Paella sorpresa en El Palmar.

La segunda parte de la sorpresa consistía en ir a comer una paella a El Palmar. No interpretéis más de lo que he dicho: ir a comer. ¿Alguien ha leído "invitarle"? Así me gusta.

Unos días antes, persona-con-la-que-vivo preguntó:

-¿Y quién va a pagar la paella?
-Mi padre.


-¿Cómo que tu padre? ¿No le estamos invitando a comer?
-Sí.
-¿Entonces?
-¿Entonces qué?
-¿¿¿Cómo va a pagar él??? ¿Le invitamos a comer y lo tiene que pagar él? ¡Desde luego que eso sí que le va a parecer una sorpresa!
-¿¡Qué pasa?! ¡En mi casa lo hacemos así!

c. Un súper vídeo muy guay.

Veintinueve minutos y cuarenta y cuatro segundos de pura emoción pero sobre todo cachondeo.

Todo consistía en unos informativos presentados por persona-con-la-que-vivo y yo en los que dábamos la noticia de su licenciatura e íbamos intercalando vídeos, entre ellos, uno muy chulo de toda su familia y amigos felicitándole (y algún que otro famosillo, jeje)

El caso es que grabamos el informativo en casa de unos amigos que trabajan en los informativos de verdad porque queríamos que quedase muy profesional. Y entonces...

-¡Venga, todos a sus puestos!

¡Toc, toc, toc! ¡Toc, toc, toc! ¡Tooooc, tooooc!

-¿Qué es eso?, preguntó alguien.
-Soy yo... -escuchamos decir a persona-con-la-que-vivo. ¡Me he quedado encerrado en el baño y no puedo salir!

Bien, como decía, queríamos que el vídeo quedase muy profesional. Y al final quedó muy divertido, ¡que mola más!
posted by LauraConChocolate @ 12:34   13 comments
¿Qué puedes hacer cuando eres una maniática crónica y tu vida da un giro de 180º? ¿Volverte loca? Bah, ya lo estaba de antes. ¿Darte cabezazos contra la pared? No, estropearía mi rubia melena. ¿¿¿Entonces??? ¡CAMBIAR TAMBIÉN DE BLOG! :)
Me he traído a las niñas :)

Name: LauraConChocolate
Home: Spain
About Me:
Ver mi perfil
Anteriores pedacitos de choco (¡sin caducar!)
Todos estos meses he comido chocolate aquí
Mis trocitos de chocolate
Powered by

Free Blogger Templates

BLOGGER