(Tercer) Diario de una joven maniática

domingo, 27 de septiembre de 2009
66. Y tú que nunca parabas de reír...
Un poco de todo...

En Berlín:

Berlín es una ciudad muy bonita, pero los alemanes hablan muy raro. Así como sin vocalizar...

Cuando llegamos al hotel, el recepcionista empezó a soltarnos el típico discurso de bienvenida y papeleos varios. El buen hombre llevaba ya varios minutos hablando a nuestras caras desconcertadas, cuando persona-con-la-que-vivo no pudo reprimirse y estalló:

-In English, please!!! (¡en inglés, por favor!)

-Schhhuuuu, le dije dándole un codazo. ¿En qué idioma crees que nos está hablando?

Ahora, que yo tampoco me quedé corta:

Cafetería berlinesa. Pido un café con caramelo. Tras mucho esfuerzo idiomático, consigo elegir el tipo de café y el tamaño, pero la camarera entonces lanza una pregunta a traición, donde más duele:
-Hot or cold? (¿frío o caliente?)

Lo dijo tan rápido que ni la entendí, así que me quedé mirando su cara de expectación sin saber qué contestar. Y entonces añadí:
-¿Cuál es la diferencia?, en mi idioma natal.

Se quedó a cuadros.

El último día, la cosa no había mejorado. Cuando recogimos las maletas y pasamos por recepción para abandonar el hotel, yo estaba preparada para decir "no" a todo (¿párking? No. ¿Minibar? No. ¿Desayuno? No) Sin embargo, el recepcionista se salió del guión:
-¿Habéis estado cómodos?, preguntó con su inglés de Harvard.

Ya tenía yo los labios cerrados a punto de pronunciar el "no" que tanto había ensayado, cuando persona-con-la-que-vivo se me adelantó: Yes, yes...

¡Menos mal!

En casa:

Cuando después de un mes alejados de la civilización madrileña regresamos a casa, nos dimos cuenta de una cosa: la vecina alias la loca, nos había echado MUCHO, MUCHO, MUCHO de menos.

Harta de no conseguir captar nuestra atención, la señora lo intentó todo: esperarnos alrededor del ascensor, hacer ejercicios matutinos delante de nuestra puerta, fingir que tenía que regar las plantas justo cuando salíamos de casa... Y entonces se le ocurrió un método infalible: decirnos algo que no pudiéramos ignorar. Y eso hizo.

-Pues... empezó, la policia ha estado aquí preguntando por vosotros.



-¿Ah, sí?, dije yo. ¡Pues que vuelvan!

Pobre mujer, ya no sabe qué hacer para que le hagamos caso.

En mi "otra" casa, la de Valencia.

-Laura, me dijeron mis padres. A Cristina le han dado el traslado, ¡vuelve a Valencia!
-¡Qué bien! Me alegro un montón por ella.
-Se va a quedar con tu habitación.


Y más o menos, este es un resumen del último mes de mi vida. Me dejo detalles como el descubrimiento de que tengo las córneas planas (fíjatetú) y mis lentillas cuestan una pasta, pero si pasar once horas al día fuera de casa no iba a servir para darme caprichitos, apaga y vámonos ;)

posted by LauraConChocolate @ 15:23   24 comments
¿Qué puedes hacer cuando eres una maniática crónica y tu vida da un giro de 180º? ¿Volverte loca? Bah, ya lo estaba de antes. ¿Darte cabezazos contra la pared? No, estropearía mi rubia melena. ¿¿¿Entonces??? ¡CAMBIAR TAMBIÉN DE BLOG! :)
Me he traído a las niñas :)

Name: LauraConChocolate
Home: Spain
About Me:
Ver mi perfil
Anteriores pedacitos de choco (¡sin caducar!)
Todos estos meses he comido chocolate aquí
Mis trocitos de chocolate
Powered by

Free Blogger Templates

BLOGGER