(Tercer) Diario de una joven maniática

martes, 23 de diciembre de 2008
50. Si me vence el cansancio, vélame con premura, como a un niño descalzo que se duerme en su cuna...
Durante todo el tiempo que he estado secuestrada por Don Trabajo (un señor que parece muy malo pero al que luego se le acaba cogiendo cariño, ¡maldito síndrome de Estocolmo!) han pasado algunas cosas muy importantes, como por ejemplo: he visto nevar, hemos puesto el árbol de Navidad y ha sido mi cumpleaños.

¡¡¡Mi cumpleaños!!!

Sé que mi cumpleaños se merecía, como mínimo, escribir un post a la altura del acontecimiento, pero estaba demasiado ocupada ganándome las vacaciones con el sudor de mi frente (qué melodramática, si además sólo me muevo de la silla para irme a otra silla. Bueno, pues con el sudor de mi mente, ea)

Que tu cumpleaños caiga un sábado tiene una gran ventaja, y es que puedes tirarte todo el fin de semana celebrándolo:

Todo empezó en un restaurante de Gran Vía, en el que justo a las 23.59 estaba degustando secreto ibérico (ssschuuuu, que nadie se entere, es secreto :p) con mis compis de trabajo. Entonces se levantaron todos y empezaron a cantar el cumpleañosfeliz, cumpleañosfeliz, contagiando a TODO el restaurante. Imaginaos la escena: yo de pie, pensando aquello de "tierra, trágame", y decenas de comensales y camareros con sus ojos puestos en mí. Menos mal que para superar estas situaciones hay un remedio infalible: se llama vino y está muy rico. No les perdoné hasta el lunes, cuando me regalaron un juego para la Wii y medio kilo de Lacasitos (¡gracias!)

Hablando de regalos, el más curioso fue el de mi padre: una foto de él mismo cuando tenía mi edad.


Yo miraba la foto y pensaba: bien, ahora sale el cartelito que dice "VALE por un coche", pero nada. Persona-con-la-que-vivo también vio la foto y en el momento en que yo esperaba que soltara una gran carcajada, sólo dijo "qué guapete está tu padre". ¡Hombres! No hay quien los entienda.

Hablando de persona-con-la-que-vivo (que alguien aprecie cómo estoy hilando hoy los temas, por favor, qué maestría, qué nexos, qué cohesión...) se portó genial, cómo no, y me hizo un regalazo chulísimo: ¡un portafotos digital! Sólo tiene una pega, y es que ya no puedo ver nada en la tele, porque lo hemos colocado al lado y siempre me ensimismo viendo pasar las 700 fotos que hemos puesto. "Ohhhh, eso es Paris, qué bonita la torre Eiffel", "Oooohhh, ¿te acuerdas? Es del parque de Oviedo, siempre estaba lloviendo", "mmm, y esta chica morena que está bailando... ¿quién es? Lo prometo. En mi portafotos hay una foto de una chica a la que no conocemos de nada (y no, no es un ligue secreto de persona-con-la-que-vivo, que os veo venir)

Hablando de gente (este enganche ya está muy pillado), por la tarde y aprovechando que siete días después también era el cumple de nuestra amiga Lucía, fuimos todos los amigos -entre ellos Juanca, al cual le doy un abrazo desde aquí ;-) - a jugar a los bolos. Fue cuando descubrí otra de las cosas que se me da mal: jugar a los bolos. Aun así lo pasamos muy bien y luego cenamos unos crêpes riquísimos mientras abríamos regalitos (¿puede haber un plan mejor para un sábado?)

Hablando de sábado, ayer lunes (jajaja, no tengo vergüenza) llegué a Valencia para pasar las fiestas. Mi compañero de viaje en el tren era un ser -no me atrevo a decir "humano" por falta de datos que lo confirmen- que no está capacitado para viajar con otras personas. Cuando me vio llegar, me miró fijamente y gritó: ¡¡¡Nooooooooo!!! Yo me quería hacer una cama en tu asiento. Qué tres horitas y media me dio: que si me quejo porque hay niños, que si invado la mitad de tu asiento para estar más cómodo, que si me quito los zapatos y me atufan las pezuñas...
Menos mal que pusieron una peli de Disney y pude evadirme.

Por la noche, nos sentamos los cuatro en el sofá y me dieron más regalitos de cumpleaños, ¡yupi! Mi hermana una mantita, mi mami un perfume que me encanta, y mi padre... mi padre aparece ahí, con un pedazo de taladro que parece un arma de destrucción masiva de paredes. Menos mal que su regalo incluye clases teóricas y prácticas: hoy aprenderemos a poner estantes. Me da que me cargo el edificio...

P.D- Y ahora, un poco de publicidad: un día unos amigos blogueros y escritores me dijeron que querían publicar un libro de relatos y me animaron a participar en él. No les hice mucho caso, lo confieso, pensé que era una de esas cosas que se piensa mucho pero al final nunca se hace. Aun así me animé y les envié un relato. Y ahora... ¡habemus librum! ¡¡¡Guay!!!!

Se llama Blogs de papel (a mi hermana le encanta el título ;-) y ya está disponible en la librería La Clandestina.
(y sólo cuesta 11 euros y lo envían gratis por correo a cualquier punto de la Península, jajaja, que se me ha olvidado dar los datos básicos, menos mal que me han dejado un comentario que me lo ha recordado ;-)

posted by LauraConChocolate @ 13:10   25 comments
¿Qué puedes hacer cuando eres una maniática crónica y tu vida da un giro de 180º? ¿Volverte loca? Bah, ya lo estaba de antes. ¿Darte cabezazos contra la pared? No, estropearía mi rubia melena. ¿¿¿Entonces??? ¡CAMBIAR TAMBIÉN DE BLOG! :)
Me he traído a las niñas :)

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