(Tercer) Diario de una joven maniática

martes, 22 de abril de 2008
26. Que todos buscamos alguien que quiera abrazarnos...
Decidido: el peor momento de un día cualquiera en archiconocida-productora-de-televisión son los 10 primeros minutos que paso en el comedor. Da igual el olor a pan recién hecho, el aroma a natillas de chocolate o el desfile de famosos que llevan hasta la mesa sus bandejitas de comida. Da igual que tenga hambre, da igual que la hora de la comida signifique que está más cerca la hora de la salida... todo eso da igual porque yo, los 10 primeros minutos, sufro.

Y es que... las simpáticas camareras (si Sabina las conociera, les haría una canción) me hacen todos los días dos horribles preguntas que me estresan:
1- ¿Qué quieres de primero?
2- ¿Y de segundo qué te pongo, cariño?

Vale, vale, voy a explicar esto: veréis, tengo un problema. ¿He dicho problema? ¡UN PROBLEMÓN! Esto... yo... eeehhhh... no sé distinguir alimentos (¡uf, ya está, ya lo he dicho!)

Todo tiene una explicación, o mejor dicho, una culpable. Resulta que cuando era pequeña sólo comía pollo. A ver, no es que quiera que estos seres desaparezcan del planeta, pero es que cada vez que iba con mi madre a la carnicería y veía a los conejos ahí, estirados, sin piel, y lo que es peor... ¡muertos!, me daba tanta pena que volvía a casa dispuesta a cualquier cosa excepto comer conejo. Por no hablar del pescado, que yo tenía un acuario lleno de peces, ¿¡cómo iba a comerme a sus amiguitos?!

El caso es que mi madre, como buena madre, no iba a consentir que sólo comiera pollo, así que aprovechándose de la dulce inocencia de los niños, me hizo creer que cualquier alimento que ponía delante de mis narices era pollo. Ella lo cortaba en trozos con la excusa de que no sabía usar los cuchillos y yo ya podía ver la espina entera de una trucha en el extremo del plato que preguntaba:
-¿Esto qué es, mami?
Y ella me decía que era pollo y yo me lo comía convencida de que así era.

¿Y qué pasa?
Pues que ahora llego al comedor y tengo que elegir entre un montón de platos que veo a través de un cristal, al tiempo que cojo la bandeja, cubiertos, servilletas, vasos, bebida, y... ¡¡¡no sé distinguir qué cosa es qué!!!

Al principio, pensaba para mis adentros: "jo, qué raro, todos los días hay 8 variedades de pollo para comer". Hasta que un día, señalé un plato y pregunté:
-¿Esto es pollo o ternera?
Me miraron muy raro, mucho, y dijeron: esto es... merluza.
-Ahhhhh, dije yo. Y memoricé su fisonomía.

Así que nada, poco a poco y con la gran ayuda de mis compañeros, estoy empezando a conocer un montón de carnes y pescados diferentes. Y cuando apruebe el tema animales, aprenderé a distinguir verduras, porque para mí todo es lechuga y resulta que no, que anda que no llevan hierbas las ensaladas. Una vez supere este tema, empezaré con las frutas, porque yo no me voy de archiconocida-productora-de-televisión sin saber la diferencia entre un caqui, una granada y un ciruelo.
posted by LauraConChocolate @ 19:30   28 comments
viernes, 11 de abril de 2008
25. De reírme con tus ojos, de buscar en los despojos del desván de tus abrazos...
El día tiene 24 horas. De ellas, diez y media las paso dentro de un edificio llamado archiconocida-productora-de-televisión (vale, a veces me escapo antes, pero es por mi bien mental :p) Dos horas estoy bajo tierra, saltando obstáculos humanos en cada transbordo, recopilando los periódicos gratuitos que la gente deja abandonados en los bancos y cruzando los dedos por que MetroMadrid no me haga perder el autobús de la empresa, cosa que no siempre consigo. Me quedan once horas y media, ocho para domir. Resumiendo, tengo tres horas y media al día para TODO lo demás. Y como no quiero prescindir ni del desayuno, ni de la ducha diaria, ni de los ratos de risas con persona-con-la-que-vivo, he tenido un poco descuidado el blog, pero aquí estoy otra vez, y aquí seguiré estando, porque un solo comentario en el que alguien diga que me echa de menos, consigue cargarme las pilas ;-)

Y ahora vamos a lo importante...

Hace unos días viví lo que a partir de ahora llamaré "mi momento profesional más guay", aunque la palabra "guay" quede de todo menos profesional. Y no me estoy refiriendo a cuando me presentaron al presentador (¿esto es una redundancia?) que ha protagonizado alguno de mis posts y que todos adoramos, no. Eh, un momento, ¿sorprendidos?
¡Pero por favor! Si era cuestión de tiempo :)

"Momento profesional más guay" sucedió así: yo estaba mimetizada con el teclado del ordenador, no puedo precisar si trabajando o haciendo cualquier otra actividad con fines ociosos, como mirar el correo, cosa que, QUE QUEDE CLARO, hago para inspirame (nunca se sabe qué jefe puede estar enganchado a tu blog :p El mío ya sé que no, porque si no me ascendería rápidamente antes de que me vaya con otros, jaja). Como decía, estaba con el ordenador cuando el productor ejecutivo nos reunió a todos en su despacho. El despacho de un productor es un lugar al que entras con miedo, pero esto es otro tema.

El caso es que nos dijo que ya estaba grabado el primer capítulo, así que directores, guionistas y becarios nos reunimos en torno a una tele de plasma enorme dispuestos a contemplar una pequeña obra de arte (qué voy a decir yo) que verá la luz... en breve :)

De repente, veo y escucho que los actores -no me pidáis que concrete, secreto profesional :p- están interpretando una escena que había escrito... ¡¡¡YOOOO!!!

-Ahhhhhhh, aaaaahhhhhh, aaaaaaahhh, qué fuerte, que esto es mío, ¡que es míooooo!
(sí, no pude reprimir un ataque de histeria infantil)

Y entonces todo fue muy bonito, porque algunos compis me abrazaron y me felicitaron, y el productor me sonreía y todo era "guay", de ahí la denominación "mi momento profesional más guay".

Volvía a mi mesa, cuando compañero-que-llama-al-telefonillo-fonoporta (amén de más rarezas lingüísticas) me echó la bronca:
-¿Tú no decías que la primera vez que vieras en la tele algo que has escrito tú llorarías de la emoción? ¡Pues no has llorado!
-Ya... no sé qué ha podido pasar... :p

De todas formas, esperad a que se emita en la tele que podemos ver todos y no solo en la tele del productor, y ya veréis qué berrinche...

P.D-
-Ayyyyyyyy... hoy estoy cansadísima. Más que nunca.
-Claro, es normal, te despiertas muy pronto y luego pasas muchas horas fuera, exprimiéndote el cerebro. ¡Si es que no paras!
-No, no, no, pero es que estoy más cansada de lo normal...
-Claro, porque todavía no te has recuperado de las vacaciones, que cuesta mucho volver a empezar después de unos días de descanso.
-No, no, que esta sensación no es normal... a ver si voy a tener anemia.
-¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHGGGGGGGGGGGGGG!!!!, grita persona-con-la-que-vivo al tiempo que se separa de mí todo lo que le permiten las paredes, ¿¿¿eso es contagioso???

posted by LauraConChocolate @ 14:30   28 comments
¿Qué puedes hacer cuando eres una maniática crónica y tu vida da un giro de 180º? ¿Volverte loca? Bah, ya lo estaba de antes. ¿Darte cabezazos contra la pared? No, estropearía mi rubia melena. ¿¿¿Entonces??? ¡CAMBIAR TAMBIÉN DE BLOG! :)
Me he traído a las niñas :)

Name: LauraConChocolate
Home: Spain
About Me:
Ver mi perfil
Anteriores pedacitos de choco (¡sin caducar!)
Todos estos meses he comido chocolate aquí
Mis trocitos de chocolate
Powered by

Free Blogger Templates

BLOGGER